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Desde hace ya décadas, las Altas Cortes colombianas han asumido un rol bastante protector de la naturaleza y de sus diversos elementos. Ello es muy positivo porque se suele traducir en sentencias que salvaguardan el entorno y sus componentes. Así, en Colombia se pueden hallar importantes fallos respecto a múltiples temas como, por ejemplo, las áreas de especial importancia ecológica, la minería, la fauna, la flora, el agua, los malos olores, el ruido, el suelo, el aire, etc.

Sin embargo, la última tendencia jurisprudencial consistente en conceder personalidad jurídica a la naturaleza, en general, o a algunos de los elementos de esta, en particular, ha suscitado un auténtico debate jurídico-doctrinal respecto a sus consecuencias positivas y negativas. Por un lado, se ha dicho que conceder derechos a la naturaleza implica reconocer la verdadera posición que esta ocupa en el mundo. Es decir: la naturaleza como algo que está por encima de los intereses económicos de la humanidad, como un sujeto de derechos compuesto por un sinnúmero de sujetos de derechos que se pueden individualizar y que no están sujetos al arbitrio del ser humano, sino que conviven con este como sus pares. Por otro lado, se ha afirmado que la tendencia jurisprudencial consistente en conceder derechos a la naturaleza parece producir más inconvenientes dogmáticos y prácticos que beneficios reales para la protección del medio ambiente.

De ahí que el Departamento de Derecho del Medio Ambiente de la Universidad Externado de Colombia haya diseñado y ejecutado un proyecto de investigación sobre el tema. Se ha querido analizar los fallos sobre derechos de la naturaleza desde diferentes puntos de vista, tanto críticos como benévolos, y el resultado final de tal proyecto es el libro colectivo que será lanzado en el marco de este seminario: Reconocimiento de la naturaleza y de sus componentes como sujetos de derechos.